Muchas historias y leyendas existen sobre el origen del café como bebida. En todas se encuentra un pastor que al ver que sus cabras luego de haber comido los frutos y hojas de un cierto arbusto -el cafeto- permanecían despiertas y con mucha energía durante toda la noche. Muy intrigado, el pastor decide probar los frutos permaneciendo también despierto y en estado de alerta durante toda la noche. Asimismo, existe otra versión que es aceptada tanto por los musulmanes, judíos y cristianos: el Arcángel Gabriel hizo con estos frutos un brebaje muy oscuro y se lo dio de tomar al profeta Mahoma quien estaba enfermo y deprimido, logrando así devolverle su salud, entusiasmo y fortaleza.
•Expansión por el mundo Lo cierto es que, gracias a las costumbres migratorias del mundo musulmán, el café se extendió desde Etiopía, en la República del Yemen, hacia Arabia y desde allí hasta la India. Posteriormente, durante el imperio Otomano los turcos lo llevaron a Viena cuando estaba sitiada en 1683. Se dice, además, que el embajador persa en Paris fue el encargado de llevarlo durante el reinado de Luis XVI y de esta manera introdujo el café en la alta sociedad francesa. Por su parte, en 1690 los holandeses lo llevaron a Indonesia donde los cafetos prosperaron bien gracias al clima tropical de la zona aunque no pudieron hacer crecer en los jardines holandeses.¿Cómo llega a nuestro continente? En el período colonial, los franceses fueron los encargados de llevar plantas de café a sus colonias en Centroamérica a Martinica, luego a Venezuela y gracias a los jesuitas es sembrado en unas de sus misiones en Santa Teresa de Tabage, Colombia, desparramándose así por varias regiones colombianas. Hoy en día, en América se produce en Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Perú, México, Bolivia, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Venezuela, Nicaragua, Jamaica, y Haití, siendo Brasil el mayor productor y exportador.
•A tomar café El tipo de cafeto, junto al clima, altura y humedad ambiente determinan la calidad del grano de café, aunque es fundamental en la calidad del mismo, la madurez, la buena manipulación y su correcto secado. Hoy en día, hay un culto de tomar buen café creándose así tiendas especiales donde se pueden degustar diferentes blends. Casi todas las formas de preparación requieren de granos de café molidos y mezclados con agua caliente durante el tiempo suficiente como para extraer el sabor, pero sin hervir durante un tiempo prolongado ya que de hacerlo le otorga sabor a quemado. Finalmente los granos de café utilizados son removidos y el café está listo para beber. Cabe destacar que la temperatura ideal para servirlo es de 68 a 79C. Ciertas diferencias existen tanto en los grosores en la molienda, en la manera en que se extrae el sabor y el agregado de otros sabores como azúcar, leche, y especias y la remoción de los granos ya molidos.
•Tipos según su elaboración
- Café turco: Se elabora herviendo el café. Este se prepara al moler el grano de café en un polvo fino, luego se agrega agua y se lo lleva a hervor por solo un instante en un recipiente llamado cezve. Como resultado se obtiene un café con aroma fuerte con una capa de espuma en la superficie y sedimento en el fondo, que no se toma.
- Cafetera automática: Se elabora el café usando la gravedad. En ésta el agua caliente gotea sobre el café molido que se encuentra en un filtro permitiendo que el agua obtenga de estas maneras los aceites y las esencias.
- Café expreso: Este método fuerza al agua caliente por presión a que pase a través del café molido. Como resultado de elaborar el café bajo alta presión el expreso es de sabor mucho más concentrado, con espuma de color marrón rojizo en la superficie.
- Capuccino: Este es un café expreso servido con leche humeante y espumosa por haber sido calentada en la máquina, sirviéndose con cacao o canela molida.
- Café vienés: Se hace con granos de café tostados oscuros y se sirve con un poco de crema batida y endulzada aromatizada con canela y nuez moscada.
- Café irlandés: Se caracteriza por tener una parte de whisky irlandés y un copo de crema.
¡Disfrutar de un buen café es un viaje de los sentidos!
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